jueves, 25 de febrero de 2016

Con un nudo en la garganta

Qué complicado cuando los abuelos se van, uno quisiera que duraran toda la vida esos seres que iluminan nuestros días...

Mi abuelita hoy está inconsciente y no puedo evitar sentir el nudo en la garganta ante su inminente partida. Tampoco quiero ser egoísta y pensar que estará conmigo para siempre, pero duele  mucho despedirse.

Lo peor es que estoy lejos de ella y el trabajo me impide estar cerca...

Tal vez la única forma de sacar lo que siento es escribir, no me puedo poner a llorar delante de mis alumnos, hay que sonreír a pesar de todo, ella era maestra y decía que los problemas se dejan afuera del aula y eso aprendí, solo que duele, duele, duele...

Quisiera abrazarla y que nunca acabe ese abrazo.


Que sea lo que Dios quiera.

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