domingo, 2 de octubre de 2011

De Campeche y sus sorpresas.


Viajar a Campeche resultó ser toda una aventura, una sorpresa, es un estado al que debo confesar no le había puesto atención.


Hace cinco años visité Ciudad del Carmen y aunque quedé contenta con la visita no tuve oportunidad de admirar las bellezas del estado.

Resulta que Campeche tiene uno de los lugares de México que más me ha impresionado, la Zona Arqueológica de Calakmul, enclavada en La Reserva de la Biósfera. Pero, por su increíble belleza, prefiero dedicarle un post completo.

Una de las fotografías que comparto en esta ocasión es la Catedral, se ubica en pleno centro de la ciudad, a unos cuentos metros del malecón. Es una ciudad muy colonial y ha sido declarada como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Y no es para menos, la arquitectura es hermosa y la tienen perfectamente bien conservada.



Algo admirable y muy recomendable es la comida. El Restaurante Marganzo es uno de los mejores de la ciudad. Me tocó que me recibieran con un Dip de Ajo delicioso, con una presentación bastante gourmet esa entrada es digna de mencionarse. Hay algo que puedo asegurar, de todos los lugares a los que he viajado encontré dos que preparan el agua de horchata más deliciosa, uno de ellos es este cálido restaurante. Probé los tradicionales panuchos y como cortesía de la casa me ofrecieron una Margarita de Tamarindo. Muy rica, por cierto.


La calidez de la gente es increíble, es como estar en casa. Amables, atentos y muy serviciales.
Puedo presumir que caminamos por el centro para tomar fotos como a las doce de la noche, un lugar muy tranquilo y seguro. Sin duda alguna Campeche tiene mucho que ofrecer. 
¡No se lo pierdan!

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