Hoy es mi cumpleaños. Estoy contenta, muy, muy contenta. Amanecí en casa de mamá con ella y con mi abuelita, como cuando era niña. Muy temprano me pusieron todas esas mañanitas que escuchaba cuando tenía 5, 6, 7, 8... 36 años. El mejor regalo fue escuchar a mamá relatando la última noche que estuve dentro de su vientre, me platicó que supo que era niña hasta que nací, que antes de eso me llamaba "hijito", cuánto han cambiado las cosas, ahora con los ultrasonidos 3D ya casi saben hasta los lunares que traerán los bebés. (Es un decir) me emocionó mucho escuchar esa última noche que éramos la misma persona. Aún se me hace un nudo en la garganta.
Después escuché la voz de mi abuelita, un poco apagada por el peso de sus 88 años y de llevar más de un año y medio en cama no le impidieron cantarme las mañanitas. Me acerqué a ella, la abracé y lentamente pudo levantar su mano izquierda para intentar abrazarme. ¡Qué hermoso regalo! Que aún pueda felicitarme es de las mejores cosas que pude haber recibido. Aún no concluye mi cumple... voy a vivir el resto del día. Por ahora, sin inmensamente feliz con ello.
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